Alfonso Biahute Chebá.- Malabo / La República de Guinea Ecuatorial arrimará el hombro de manera constante a la República Democrática del Congo, con el fin de que esta nación con quien comparten membresía tanto en la Comunidad Económica de los Estados del África Central (CEEAC) y de la Unión Africana (UA), alcance la paz y estabilidad totales. El horizonte a la vista es que “la cooperación sur – sur sólida y fraterna entre ambos países, sea cada vez más compartida bajo la visión de un futuro común, donde la diversificación económica juegue un papel crucial, en la consecución de los objetivos de la agenda 2063 del África,” aspirada por todos.
Este ha sido el punto álgido del discurso pronunciado en la tarde de ayer por Mari Cruz Evuna Andeme, secretaria de Estado en el ministerio de Asuntos Exteriores, Cooperación Internacional y Diáspora, con ocasión de la solemnidad de la independencia del país que lleva el segundo pulmón tropical del mundo, situado en la cuenca del rio que lleva su nombre, la cual fue obtenida el 30 de junio de hace ahora 64 años.
“Esta cooperación en beneficio mutuo, refuerza nuestro compromiso en el desarrollo humano, social y económico; para que nos proporcione una ventaja comparativa y significativa en el escenario global”, manifestó la también encargada de Organismos Internacionales.
Durante la ceremonia que tuvo lugar en su sede diplomática en Malabo, Joselyne Kabengele Lukundula, embajadora de la República Democrática del Congo acreditada en Guinea Ecuatorial denunció lo que denominó “la pasividad de la comunidad internacional” ante el conflicto bélico que desde hace más de tres décadas se viene librando en el este de su país; donde “por cada dos minutos – acentuó-, una mujer es violada, miles de personas son obligadas a abandonar sus lugares de residencia para vivir en campos de refugiados, sin dejar de lado la interminable lista de personas desplazadas en el interior de su propio país”.
“El pueblo congolés es generoso y hospitalario. Desgraciadamente desde hace tres decenios, es víctima de su hospitalidad, pagando actualmente por el precio alto de esta generosidad; bajo la mirada indiferente de la comunidad internacional entera, exceptuando algunos países”, aseguró.